Mente. La Vía del Genio. Stephen Hawking
Como decía un profesor de matemáticas en el colegio: ante un problema hay que hacerse tres preguntas. "¿Qué me preguntan?, ¿Qué datos me dan?, y ¿cómo juego con ellos?.
No es éste un mal modelo de funcionamiento de la modalidad procesadora, modalidad que es muy útil para la vida diaria; nos permite tomar un autobús o un avión y llegar al punto de destino y alcanzar objetivos en el curso de nuestra existencia. Es útil y necesaria pero no suficiente si aspiramos a vivir una vida realmente creativa. Para ello hemos de ser capaces de acceder a la otra modalidad: la mente receptora y alcanzar niveles de excelencia en su manejo. ¿ En qué consiste esa capacidad receptora y por qué es tan importante en el proceso creativo?
Mejor que extendernos en teorías que pueden sonar a abstractas -cuando no abstrusas - para el lector no iniciado en estos temas, será el recurrir a un modelo, a un ejemplo viviente de alguien que ha experimentado ese grado de maestría en el manejo de ambas modalidades de pensamiento.
Walter Russel, "el hombre que descubrió y utilizó los secretos del universo" en el título del libro de Glenn Clark. Este autor junto con el Dr. Alexis Carrel durante los años treinta estaban muy preocupados por la marcha de un mundo que acababa de vivir una terrible crisis económica y que se encaminaba a pasos agigantados hacia una nueva contienda mundial. Había que hacer algo para evitarlo pero ¿qué?.Alexis Carrel le envió un mensaje. "El futuro de la humanidad está comprometido. El género humano sólo puede superar la crisis si somos capaces de encontrar a un grupo de personas que haya conectado con la sabiduría del Universo, conozcan sus leyes y vivan en conexión con la Fuente encarnándolas en sus vidas. ¿Puedes ayudarme a encontrarlos?". No le resultó difícil encontrar alguno en el campo de la religión, pero se trataba de que fueran gentes situadas en el mundo de los negocios, la ingeniería o las artes. Encontró al Dr. George Washington Carver quien se entrevistó con el Dr. Carrel, pero pronto estalló la Segunda Guerra Mundial y poco después ambos fallecieron. Glenn Clark, fundador de un College, siguió buscando.
Mente. La Vía del Genio. Walter Russel
Varias personas le hablaron de Walter Russel como la persona que encarnaba perfectamente el tipo de hombre que buscaba. Por fin se lo presentaron. ¿Quién era Walter Russel?. Sin haber completado la escuela primaria era un notable músico, excelente pintor, genial escultor, exitoso hombre de negocios, fantástico patinador artístico y modélico criador de caballos de raza, además de inspirado arquitecto, profundísimo filósofo, descubridor científico, extraordinario y prolífico escritor, conferenciante. Profundamente respetado por personajes de su tiempo como el poeta Rudyard Kipling, George Bernard Shaw, Thomas Edison y Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos del que Walter Russel fue, además de amigo personal, su escultor oficial. Por lo demás recibió, doctorado honoris causa, condecoraciones y distinciones en diversos países, incluida la Academia de Artes y Letras de Toledo en España. Alguien que apenas había completado sus estudios primarios... "a los diez años tuve que dejar la escuela por reveses familiares y ponerme a trabajar", explica Walter Russel que había nacido en Boston, Massachusetts el 19 de Mayo de 1871. ¿Cómo es posible?. Y, sobre todo, ¿cómo era este hombre y cómo llegó a saber tanto y tan bien?. Glenn Clark cuando se encuentra con él por primera vez le describe de la siguiente manera: "supe por el corte de su barba que hablaba con un artista. Por cejas anchas y por la profundidad de sus ojos que hablaba con un filósofo. Su modo eficiente y vital de hablar le revelaba como un hombre de acción. Había, además, una luz en sus ojos que le mostraban como alguien profundamente inspirado que vivía cerca de los Grandes Poderes Invisibles del universo. Además era de una sencillez y modestia pasmosas e inspiraba paz por todos sus poros. Por lo demás su aspecto físico era normal, de baja estatura aunque, como vimos, de una gran talla artística, moral, intelectual y humana.
En un momento de la entrevista celebrada en su estudio de escultura en Nueva York a mitad de los años cuarenta, Glenn Clark se vuelve hacia él y le espeta "¿Puede darme el secreto de su vida?". Walter Russel primero duda y luego responde: " Sí, creo sinceramente que cada persona tiene a un genio consumado dentro de ella. Algunas parecen tenerlo más que otras sólo porque son más conscientes de ello, es la consciencia o inconsciencia de esto lo que hace que unos sean maestros y otros estén atados a la mediocridad. Creo que la mediocridad es auto-inflingida y que la genialidad es auto-otorgada. Todos los hombres exitosos que conocí -y he conocido a muchos- llevan dentro de ellos la llave que les abre a esa consciencia y permite que entre el poder universal que los convierte en maestros".
¿Cuál es la llave?. Pregunta el entrevistador. "Esa llave es el deseo liberado en la gran Energía eterna del Universo". ¿Podría explicarlo? "La esencia de la grandeza no está en los libros ni las escuelas. Está escrita en la conciencia interior de quien quiera que intensamente busque perfeccionarse en sus logros creativos. Y esa esencia sólo es comprendida por esos hombres, cuyos mejores representantes destacan porque son infalibles trabajadores y sus mentes se hacen más agudas a medida que cumplen años. La vida de los grandes hombres comienza a los cuarenta, cuando la de los hombres mediocres termina. Los genios son una fuente de logros creativos hasta que exhalan el último suspiro. Han aprendido a recoger el pensamiento -energía y a utilizarlo para plasmar sus concepciones en formas materiales. Su pensamiento está dirigido en la dirección deseada. Son capaces de gran concentración y dejan una obra considerable a la posteridad. Estas características son compartidas por los grandes hombres de nuestro tiempo como Edison, Henry Ford o Theodor Roosvelt".
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