La presión sonriente de los nuevos jefes
Un CEO optimista
Que la cosa está mal ya lo sabemos todos. Por eso, se espera del responsable de una empresa que sea capaz de inspirar manteniendo la moral de sus trabajadores alta y, para ello, un cierto sentido del humor (o un “humor productivo”, como se dice en el estudio) resulta clave. ¿Por qué? Porque el optimismo lleva a la creatividad, la creatividad a la productividad y ello, al éxito. Las caras largas favorecen que el círculo vicioso tome la dirección completamente opuesta. Ello sirve, por ejemplo, para hacer frente a la lentitud en la toma de decisiones que muchos CEO alemanes o brasileños han detectado en los trabajadores españoles y que el humor puede ayudar a que sean menos traumáticas.
Predicar con el ejemplo
Soler se pregunta cómo puede un CEO exigir a su director comercial conocer al cliente en profundidad si él mismo no tiene ni la mínima idea de cuál es su perfil. Esto tiene repercusión en todas las facetas de la empresa, por las que el presidente ha de preocuparse. Algo que, en muchos casos, se ha hecho al poner en marcha proyectos ambiciosos que requerían un seguimiento pormenorizado.
Una cultura de austeridad
Según muestran las entrevistas en las que se ha basado el estudio, la cultura empresarial en España ha cambiado de forma radical en el último lustro. La crisis ha provocado que todos los miembros de una empresa valoren hasta el gasto más pequeño. “Los empleados eran los primeros en proponer ajustes y austeridad”, señala Soler. En ese contexto, el primero que debe dar ejemplo es, por supuesto, el propio CEO. Si él no lo hace, nadie lo hará.
Los departamentos ya no son estancos, sino transversales
Se acabaron los días en los que las diferentes secciones de una firma competían entre sí por ser la más eficiente. Ahora, es importante que todos los trabajadores sean conscientes de que reman en la misma dirección. Cada vez más, los CEO quieren departamentos transversales que colaboren entre sí y no que se zancadilleen mutuamente. También, speed teams, muy focalizados en el tiempo y cuya meta es alcanzar unos objetivos concretos, una fórmula organizativa que acaba con la rigidez de las estructuras del pasado.
Acumulación de liquidez
El cierre del grifo de los bancos ha provocado que un gran número de empresas hayan concentrado sus esfuerzos en reducir deudas y fortalecer su tesorería. Las empresas no financieras del IBEX han mantenido unas posiciones de tesorería récord durante los últimos dos ejercicios, lo que les permite afrontar oportunidades de inversión interesantes en el mismo momento en que se presenten.
Tratar a los proveedores como aliados
Uno de los comportamientos más perniciosos de pasados tiempos era “ahogar” a las empresas proveedoras hasta el punto de que se veían obligadas a cerrar, causando consecuencias más negativas que unos costes un poco más altos. Sin embargo, mantiene Soler, los buenos CEO han sido aquellos que han tratado a los proveedores como partners. Colaboradores, no adversarios.
Premiar los pequeños éxitos
Se trata de la última de las cuarenta piezas que se presentan en el informe. Ser capaz de valorar el trabajo bien hecho, por pequeño que pueda parecer a simple vista, es lo que ha diferenciado a los CEO triunfadores de los que se quedaron atrás. De las pequeñas victorias, un día nacen los grandes triunfos.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/03/13/asi-son-los-nuevos-jefes-les-gusta-presionarte-al-maximo-pero-siempre-con-una-sonrisa-116735/
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