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EL ARTE DE LA ESTRATEGIA

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Las 48 leyes del poder. Ley 13 CUANDO PIDA AYUDA, NO APELE A LA COMPASIÓN O A LA GRATITUD DE LA GENTE, SINO A SU EGOÍSMO

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Si necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado, o sus buenas acciones. Lo pasado se ignora, se olvida. Si, en cambio, al formular su pedido de colaboración usted muestra elementos que beneficiarán a la otra persona y hace gran hincapié en ellos, su contrincante responderá con entusiasmo a su solicitud, al detectar el beneficio que podría obtener.

En el año 433 a.C., poco antes de que estallara la guerra del Peloponeso, la isla de Corcira (hoy Corfú) y la ciudad-estado griega de Corinto se encontraban al borde de un conflicto armado. Ambas partes enviaron embajadores a Atenas, en un intento de ganar a los atenienses para sus respectivas causas. Era mucho lo que se ponía en juego en esa gestión, dado que aquel que tuviera a Atenas de su parte se aseguraría la victoria. Y quien saliera victorioso de aquella guerra no tendría compasión con el enemigo derrotado.



El primero en hablar fue el embajador de Corfú, que comenzó por admitir que la isla nunca antes había apoyado a Atenas y que, por el contrario, se había aliado con los enemigos de esa ciudad. Entre Corfú y Atenas no había lazos de amistad o gratitud. El enviado dijo que, de hecho, Corfú solicitaba la ayuda a Atenas sólo porque le preocupaba su seguridad. Lo único que tenía para ofrecer era una alianza basada en intereses mutuos. Corfú poseía una flota que sólo era superada en magnitud y fuerza por la propia flota ateniense. Una alianza entre ambos estados crearía una fuerza naval formidable, capaz de irítimidar al estado rival de Atenas, Esparta. Lamentablemente, eso era lo único que Corfú podría ofrecer.

El representante de Corinto pronunció un brillante y apasionado discurso, que contrastaba marcadamente con la presentación parca y descolorida del representan de Corfú. Hizo referencia a todo lo que Corinto había hecho por Atenas en el pasado. Se preguntó qué dirían los demás aliados de Atenas si la ciudad llegaba a un acuerdo con quienes antes habían sido sus enemigos, en lugar de aliarse con sus amigos del presente, que habían servido con lealtad a los intereses de la ciudad; quizás aquellos aliados rompieran sus acuerdos con los atenienses si veían que éstos no concedían valor alguno a la lealtad. Hizo referencia a la ley helénica y a la necesidad de devolver a Corinto todos los favores que ésta había hecho a Atenas. Cerró su discurso enumerando la cantidad de servicios que Corinto había prestado a Atenas y enfatizando la importancia de demostrar gratitud a los amigos.

Después de este discurso, los atenienses se reunieron a deliberar. En una segunda ronda, una abrumadora mayoría votó por la alianza con Corfú, dejando de lado a Corinto.

La norma siempre ha sido que los débiles deben someterse a los fuertes; y, además, consideramos que somos dignos de nuestro poder. Hasta ahora también ustedes consideraban que lo éramos. Pero ahora, después de calcular sus propios intereses, empiezan a hablar en términos de bien y de mal. Consideraciones de esa índole nunca han llevado a la gente a rechazar las oportunidades de engrandecimiento ofrecidas por una fuerza superior. Representante ateniense ante Esparta, citado en La Guerra del Peloponeso, Tucídides, aprox. 465-395 a. C.



La historia recuerda la nobleza de los atenienses, pero en realidad eran fundamentalmente los realistas de la antigua Grecia. Para ellos, toda la retórica y todos los argumentos emocionales del mundo no podían competir con un sólido argumento pragmático, sobre todo si prometía incrementar su poder.

Lo que el embajador de Corinto no comprendió fue que, al hacer referencia a la pasada generosidad de Corinto para con Atenas, no lograría sino irritar a los atenienses, dado que, de manera sutil e indirecta, les estaba exigiendo sentirse culpables y obligados a la retribución de los favores recibidos. Nada importaba menos a los atenienses que los favores del pasado y los sentimientos de amistad. Además, sabían que, aunque los otros aliados de Atenas los consideraran ingratos por abandonar a Corinto a su suerte, difícilmente romperían sus lazos con Atenas, que en aquel momento era la ciudad más poderosa de Grecia. Los atenienses manejaban su imperio a través de la fuerza, y cualquier aliado que se rebelara era obligado a someterse.

Cuando hay que elegir entre un discurso sobre el pasado y un discurso sobre el futuro, la persona pragmática siempre optará por el futuro y olvidará el pasado. Tal como lo comprendió el embajador de Corfú, a una persona pragmática siempre hay que hablarle de modo pragmático. Al final de cuentas, la mayoría de la gente es pragmática, pues muy rara vez actúa en contra de sus propios intereses.

El camino mejor y más corto para hacer fortuna es hacer comprender a los demás, con toda claridad, que si promueven los intereses de usted beneficiarán los de ellos. Jean de La Bruyére, 1645-1696

El Arte de la Guerra y la Estrategia


Estrategias desde la antigüedad hasta el presente explicadas de forma sencilla.

- Cómo vencer sin luchar.
- Estrategas y estratagemas.


Este libro sobre el arte de la guerra y la estrategia le va a ser muy útil porque trata sobre la lucha y el conflicto. Puesto que a lo largo de nuestra existencia
todos entramos en pugna con otras personas, es bueno conocer la estrategia para resolverlos. La estrategia preferible de hacerlo es la negociación, pero no siempre funciona.

Si elige participar en un conflicto, lo mejor es ganar cuanto antes con el mínimo daño propio y a ser posible, del adversario.
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